jueves, 23 de octubre de 2008

UN JUEZ CONVERTIDO EN ACUSADO - 2 DE SAMUEL. 12: 1-15

Desde que David había cometido su iniquidad, había transcurrido aproximadamente un año y quizás decía: “Si Dios en un año no me ha reprendido, ya no me castigará”, que equivocado estaba el rey David. Ahora era el tiempo en que Dios lo llamaría a cuentas y sacaría a flote su pecado, muchos de nosotros nos olvidamos de nuestros pecados, pero Dios no se olvida, tarde que temprano nos hace un recuento de lo que hemos hecho, Dios esperó mucho tiempo para que David arreglara las cosas, pero él persistió en esconder su pecado, entonces Dios mandó a Natán, no con un mensaje de bendición como en el capitulo 7, sino con uno de convicción y arrepentimiento, el profeta fue cauteloso en su misión, por medio de una parábola toca la conciencia del rey David, quien pide en su posición de juez, restitución y pena de muerte para el acusado. Vv. 5,6. y sin saberlo el juez declaraba su propia sentencia, David fue más allá de lo que dice la ley en caso de una oveja hurtada, ésta demandaba cuatro ovejas como restitución, es en ese momento que Natán lo confronta sin más rodeo y le dice: “Tú eres aquel hombre” Vv. 7, hasta ese momento David había visto la paja en aquel parabólico personaje, pero Dios le mostró la viga que él tenía. Así como David pidió la muerte de Urías, pide la suya propia sin saberlo. Santiago. 1: 15. En ese momento tan difícil el rey se debilitó, se enfermó físicamente y perdió su alegría, su testimonio y su poder. Dios le recuerda a David todas las bendiciones pasadas. Vv. 7-8. Amados muchos están enfermos del cuerpo, débiles espiritualmente, han perdido la alegría, su poder, porque hay pecado encubierto. Hoy es el tiempo de sacar a luz el pecado en la presencia del Señor, antes que Él lo haga público, Dios nos manda acercarnos al trono de la gracia para que nos arrepintamos de nuestros pecados. Para David fue Natán, y para nosotros es el Espíritu Santo de Dios, Él es quien nos convence de pecado, justicia y juicio. Juan 16: 8. Antes de dar la sentencia de parte de Dios, Natán le pregunta al rey: “¿Porqué pues tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? V. 9. A partir del versículo 9 al 11 está la sentencia para David dada por La ley en caso de una oveja hurtada, esta demandaba “cuatro ovejas” como restitución, las cuales fueron: 1) “…no se apartará jamás de tu casa la espada…” v. 10. 2) “He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa…” v. 11. 3)y tomare tus mujeres delante de tus ojos…” v. 11. 4) “y las daré a tu prójimo, el yacerá con tus mujeres a la vista del sol”. V. 11. Aquí vemos que David pecó en secreto y Dios lo castigó en público. V. 12. Hoy en día hay muchos hogares están bajo maldiciones semejantes a las del rey David, han perdido a un hijo, o el hermano mato a su propio hermano, hermanos que violan o tienen relaciones con su hermana y otros pecados más, Gálatas. 6: 7 advierte que: “Todo lo que el hombre sembrare, esto también segará”. Sin embargo David confesó que era un pecador, reconoció su crimen y adulterio ante Dios, y le perdono el pecado de muerte al decirle: No morirás. V. 13. Dios transfiere su muerte al niño, el juicio de Dios cayó sobre su hijo. Vv. 14- 15. Amados al que peca de una forma deliberada, planeada y voluntaria, le espera una horrenda expectación de juicio. Porque esta escrito:¡ Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos. 10: 26- 31. Por tanto, así como el pecado de David demandaba muerte, Dios transfirió la misma al niño. De la misma manera fue con nosotros, nuestros pecados exigían la muerte eterna, pero el Padre celestial remitió el castigo nuestros sobre su hijo Jesús, por tanto, acerquémonos ante Dios y reconozcamos nuestras faltas, el mismo David dijo: …Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Sal.51:17b.

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