miércoles, 25 de enero de 2012

RECOMPENSAS / Mateo 9:35

Hasta entonces Jesús se ha concentrado en animar el corazón de los discípulos frente a la segura persecución que experimentarán. Mas al terminar sus instrucciones, menciona brevemente las recompensas que esperan a aquellos que desisten de perseguir al discípulo: “El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”
El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeños un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa». Cada uno de nosotros tocamos la vida de aquellos que están alrededor de nosotros, muchas veces sin siquiera saberlo. Quizás la mejor ilustración de este principio la podemos encontrar en la figura de Rahab. Muchas personas tienen dificultad de entender por qué esta mujer ha sido incluida en la lista de «héroes de la fe» de Hebreos 11. ¿Cómo podía una prostituta ser considerada como ejemplo para los creyentes?
El error de este planteamiento está, precisamente, en que ella no fue aprobada por su estilo de vida sino por la práctica del principio que Jesucristo enuncia a sus discípulos. Rahab había entendido que los espías venían de parte de un pueblo fuerte, que inminentemente invadiría su ciudad. Había escuchado de los asombrosos hechos que Jehová obraba en medio de ellos y decidió atar su destino al destino de los espías. Cuando los israelitas finalmente entraron en la ciudad de Jericó, salvaron la vida de ella y la de sus parientes. No por su propia justicia, sino porque había recibido a los dos espías. Podemos ver en las palabras de Cristo que existen elementos en el reino de los cielos que nosotros no percibimos, ni entendemos. Cuando un enviado de Dios visita a una persona, aun sin ser esta de la familia de la fe, viene bendición sobre la vida del que lo recibe. El hecho de haber sido bondadoso hacia los hijos de Dios tiene su propia recompensa, más allá de la conversión o no conversión de la persona.
El principio claramente ilustra que ningún discípulo vive su experiencia en Dios en forma aislada. Cada uno de nosotros tocamos la vida de aquellos que están alrededor de nosotros, muchas veces sin siquiera saberlo. Mas el compromiso de Dios es siempre con el bien de muchos, y utilizará nuestras vidas con ese propósito. Al concluir esta serie de reflexiones sobre las instrucciones que Cristo entregó a los discípulos, antes de enviarlos de dos en dos, no podemos dejar de señalar, una vez más, que de los treinta y siete versículos que las contienen, treinta y dos hablan de la persecución.
¡Qué tremendo contraste con nuestra perspectiva! Nuestra versión «domesticada» de la vida espiritual rara vez despierta oposición. Hemos perdido los elementos que la sociedad considera una amenaza. Jesús nos invita a volver a asumir la postura radical de aquellos que han tomado su cruz y están identificados con él. Las burlas, los cuestionamientos y la oposición hablan con mayor elocuencia de nuestra fe que cualquier palabra que podamos proferir a favor de ella.

Apóstol David Lladó

miércoles, 4 de enero de 2012

¿ES POSIBLE CAMBIAR EL MUNDO?


Un nuevo año llega y con el, la esperanza de cambios en nuestra vida. En el año nuevo, decidimos por una vida nueva. Pensamos que el nuevo año cambiará nuestra vida, que se acabaran los problemas y alcanzaremos las metas que no logramos en el pasado.

En fin pensamos que con el nuevo año cambiará las circunstancias que rodean nuestras vidas.

Cuán maravilloso sería que pudiéramos cambiar las circunstancias y el mundo tan fácilmente, que de un día para el otro todo mejorara dramáticamente en un cambio de calendario. Lamentablemente no es así, no hay una fórmula mágica para cambiar el mundo. Ahora bien, ¿será posible que de alguna manera pudiéramos cambiarlo?
Solo hay una manera que pueda ocurrir este milagro; en Mateo 5:14-16, Jesús le dice a sus discípulos que somos la luz del mundo. La luz tiene la capacidad de cancelar las tinieblas. Siendo que la luz representa todo aquello que es bueno, mientras que la oscuridad representa todo aquello que es malo, entonces nosotros siendo luz de éste mundo podemos cancelar las tinieblas, o sea, la maldad de éste mundo.
¿Por qué esto no necesariamente sucede? La contestación está en el mismo pasaje bíblico. Para que la luz pueda cancelar la oscuridad tiene que ser colocada en un lugar visible. Para que nuestra luz pueda cambiar este mundo de oscuridad, tenemos que poner nuestra luz a la vista de los que la necesitan. La iglesia cristiana tiene que salir de las cuatro paredes, de los templos, si quiere efectuar cambios en este mundo. Para hacerlo es necesario que cada uno de nosotros como cristianos, hagamos brillar la luz de Cristo donde quiera que estemos y no solamente en el templo. Por eso la importancia de hacer misiones empezando donde estamos. Las misiones empiezan en su casa, en Jerusalén y continúa hasta los confines del mundo. Todos somos partícipes de este mandato. En Juan 8:12, Jesús dice: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". Nosotros como cristianos podemos cambiar el mundo, en la medida que reflejemos al mundo la luz de Cristo. Si verdaderamente deseamos que el mundo cambie en éste año de 2012, nuestra meta debe ser que cada día podamos reflejar al mundo la luz de Cristo.

Haga este desafío a usted mismo y verás el poder de Dios en su vida y en la de su semejante.

Apóstol David Lladó

SIN LUGAR EN EL MESON - LUCAS. 2: 7


El Señor Jesús, de manera natural como todos los seres humanos anunciaba el momento de nacer, María su madre comenzó a sentir los dolores de parto, era señal de que la hora había llegado, José ante la inquietud de su esposa fue al alojamiento más cercano para rentar una habitación con las condiciones mínimas para un alumbramiento, pero no encontró lugar para que naciera Jesús, pues no había espacio en el mesón, el único lugar disponible era un humilde pesebre, que se convirtió en el más glorioso lugar de esta tierra, porque ahí llegó al mundo la luz. En este mundo de tinieblas, dominado por el imperio romano en aquella época, nace Jesús, para alumbrar a toda la humanidad. El propósito de su llegada a este mundo no sólo era de traer las buenas nuevas de paz y salvación a los hombres.

Él vino también buscando el corazón del hombre, para resplandecer la gloria de Dios en su vida, pero hoy en día ese mesón (el corazón) de muchos está ocupado por el placer del mundo, por el odio, por la incredulidad, por el engaño, por las discordias, por las malas conversaciones, todo esto generado por el egoísmo del hombre en su naturaleza pecaminosa haciendo su propia voluntad y no la de su Creador.

El Señor bajó del cielo a la tierra, para elevar de la tierra al cielo a todo aquel que cree en su sacrificio vicario. El evangelio según S. J.uan 3:16,17, 18 nos revela que Él derramó su sangre en el calvario para que seamos rescatados y así poder volver a la comunión con el Padre, esa comunión que el hombre tenía en el momento de ser creado. Volviendo al momento del nacimiento de Jesús, los ángeles cantan en alabanza diciendo: “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”. Lucas. 2: 13- 14.

¡Nació Jesús, llego la luz y la paz! El es la gloria del Padre y el resplandor para los hombres, vino para brillar en los corazones que están entenebrecidos por la inmundicia del pecado. ¿Cuál es tu situación actual? ¿Estás tan ocupado en el afán diario que no dejas espacio para que Jesús nazca y habite en tu corazón? Jesús quiere habitarlo, quiere llevarte a una vida de excelencia, Él desea ser el huésped principal, hoy es el día que el mesón de tu corazón debe estar desocupado, si no es así, no nacerá esa luz que alumbre tu diario caminar en este mundo de oscuridad, es mas, te dice: “He aquí Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” Apocalipsis 3:20

Apóstol David Lladó