Uno de los tesoros más grandes que cada uno de nosotros tenemos es la familia. ¿Qué seria de nosotros sin nuestra familia, sin nuestro hogar? En la familia encontramos el apoyo, el bienestar, el calor afectuoso y sobre todo el amor que toda persona necesita para poder desarrollarse saludable y armoniosamente.
La Familia nos provee las alegrías más grandes que podamos experimentar. No hay mayor felicidad que estar con los hijos o que visitar a los padres y familiares. Pareciera que cuando todo anda bien en la familia, todo anda bien en la vida. Sin embargo, la familia es también la causa de las más grandes preocupaciones y dolores que uno pueda tener, ya que cuando hay problemas familiares o cuando algún miembro de la familia anda mal o ha sufrido una enfermedad, un accidente o algo semejante, nos sentimos terriblemente mal, nos parece que el mundo se nos viene abajo. La felicidad familiar, por lo tanto, está en relación directa con nuestra felicidad personal.
Es sumamente importante que hagamos todo lo posible para proteger a nuestra familia de los terribles peligros que actualmente afronten. El bienestar nuestro, de nuestros hijos y de toda la nación depende del valor que damos a la familia. La gran pregunta es, ¿Cómo podremos proteger a nuestras familias? Hay tres áreas especiales donde debemos trabajar incesantemente para proteger a nuestras familias, a saber, la física, la moral y la espiritual. Veamos en que consiste cada una de ellas.
LA PROTECCIÓN FÍSICA
Debemos cuidar, velar a cada uno de los .miembros de nuestra familia contra cualquier peligro físico que pueda atentar contra ellos, contra su vida o contra su salud, etc.Debemos velar por su bienestar general; es decir, debemos interesarnos en cada uno de sus miembros y vigilar de cerca su situación.
LA PROTECCIÓN MORAL
Debemos velar por el área moral. Los hijos deben ser instruidos acerca de los grados de riesgo que corren al participar de cosas ilícitas y dañinas que corrompen su cuerpo y su alma. El ejemplo y la enseñanza que reciben en el hogar es fundamental.
LA PROTECCIÓN ESPIRITUAL
La tercera gran protección que se debe dar a la familia es la protección espiritual; es decir, buscar diariamente la protección divina, ya que solamente la presencia de Dios nos protegerán física y moralmente, la fe religiosa ha sido considerada como uno de los grandes elementos en la felicidad de los individuos y ciertamente lo es también en la familia en general.
LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA COMUNICACIÓN
La buena comunicación debe existir entre todos los miembros de la familia. En todo momento las líneas de comunicación deben estar completamente abiertas. En la comunicación se da a conocer claramente las expectativas de conducta y las reglas del hogar.
Vivimos en un mundo muy difícil, con grandes peligros que amenazan a destruir lo mas grande que tenemos. Solo con la ayuda de Dios y la dedicación y el esfuerzo de cada miembro, podremos proteger a nuestra familia y ser completamente felices.
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