viernes, 16 de diciembre de 2011

¿A QUE HUELE TU VIDA?

Cierto día un alumno pregunta a su maestro: ¿Maestro qué debo hacer para no irritarme con las personas que hablan mal de los demás, o que son mentirosas, calumniadoras, etc.? El maestro le respondió, “vive como las flores”, el alumno un poco confundido, le vuelve a preguntar: ¿y como es eso de vivir como las flores? El maestro le dijo: Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas, del abono mal oliente extraen todo aquello que le es útil y saludable. Pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos”. Mira, es natural del ser humano angustiarse de las propias culpas por errores cometidos, pero no es sabio permitir que los defectos de los demás te incomoden, debes rechazar todo el mal que viene desde afuera y perfumar la vida de los demás haciendo el bien, esto es vivir como flores. El libro de Juan nos muestra un cuadro de la unción de Jesús en manos de María, estaban todos presentes en una misma habitación, fundidos en una misma escena, se podía sentir una profunda tristeza del adiós de Jesús. Juan nos muestra dos personajes claves: María la hermana de Lázaro y judas, uno de los doce, el llamado Iscariote. Jesús fue invitado a la casa de Lázaro, la Biblia hace referencia de que Jesús visito a más de 12 hogares. La Biblia nos dice que Marta servía, mientras Lázaro se encontraba entre los invitados, de repente, María se acerca a Jesús, pero no viene con las manos vacías, trae consigo medio litro de nardo perfumado muy fino y caro, tanto era su valor que estaba valuado en un monto igual al salario de un jornalero en un año de trabajo, María lo derrama sobre los pies de Jesús, y la fragancia del perfume llena la habitación. Amados, debemos dar lo mejor de nosotros al Señor, como María, debemos venir a los pies de Cristo con las manos llenas de amor, de paz, nuestros labios llenos de bendición para nuestro prójimo, se debe llegar a la casa del Señor con las primicias, los diezmos y las ofrendas, y con manos llenas de santidad para adorar al Señor. No solo debemos dar lo bueno de nuestra vida, sino lo mejor y eso es nuestra humildad, un corazón quebrantado y humillado en la presencia de Dios. El acto que hizo María, de secar los pies del maestro con sus cabellos, ella estaba expresando que dedicaba toda su vida al servicio del reino. Cuando María quebró el alabastro perfumado, la fragancia se expande en toda la habitación, cuando tú llegas a un lugar ¿a qué huele tu vida? El ejemplo de María nos dice que todos tenemos algo de valor que ofrecer a Jesús. Todos poseemos en nuestra vida un frasco de nardo puro fino y carísimo.

Para que haya un buen olor se debe quebrar el alabastro y derramarlos a los pies de Jesús. Amada iglesia derrama tus oraciones a Dios por que ellas son olor fragante que sube a la presencia de Dios.

No dudes que vendrán “judas” con sus ideas descabelladas, diciéndote que guardes tu frasco de amor, de perdón y armonía y ofrezcas a cambio, odio violencia, dolor y mal olor.

Mientras ellos dicen “ojo por ojo diente por diente” Jesús nos exhorta con autoridad “amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen” ¿De que vale un perfume caro encerrado en un frasco si no perfuma? ¿De que vale la sal si no sala? ¿De que sirve nuestra religiosidad si no perfumamos la casa? ¿Que nos queda? Un desagradable olor a muerte. Pero cuando Jesús llega al hogar, nuestra vida se perfuma con suaves y delicados aromas. Como dice un cántico y cuando Él pasa todo se transforma, se va la tristeza llega la alegría. La muerte de Jesús en la cruz, aplacó el mal olor a muerte, el olor a venganza, de odio y de rencor. Amados demos lo mejor al Señor, permitamos que él trabaje en nuestras vidas y podamos despedir el olor grato y agradable a Dios.

APÓSTOL DAVID LLADO

UNA NAVIDAD DIFERENTE

http://www.eldeber.com.bo/paraellas/2011-12-14/notaparaellas.php?id=111214205659

(Abrir los ojos al amor)


¿Querido lector, como podemos vivir una navidad diferente en los días de hoy?

Cada día que nos regala Dios es una oportunidad para que seamos personas mejores.

Pensemos; ¿qué espera de nosotros que hagamos o pasemos este dia tan especial para algunos y tristes para otros?. Trasladando a los tiempos de Jesucristo ya hombre maduro, observemos como el anduvo y que hizo por la humanidad durante el tiempo que estuvo en este mundo. Vivir la navidad es vivir de acuerdo a lo que se celebra, osea la presencia de nuestro Señor con nosotros abriendo nuestros ojos para el amor. Este amor que tuvo compasión de todos sin mirar a quien. La navidad es amar a su prójimo y hacer por él lo que le gustaría que hagan por usted. Todos los años muchas familias se reúnen para el momento especial de compartir noche buena , otros no llegan a sus hogares porque están lejos de sus casas, otros en hospitales, otros separados, distanciados por peleas, discusiones, malos tratos, otros no les gusta este día porque no tiene según ellos nada que compartir en lo que se dice respecto a alimentación, regalos,…….etc. Un sin fin de cosas.

¿Qué podemos hacer entonces para que esta navidad sea distinta de las demás que ya pasaron?

¿Estarás dispuesto a olvidar lo que tu has hecho por el prójimo y recordar lo que otros han hecho por ti? Muchas veces pensamos en lo hacemos, aun en lo mínimo pensamos que es mucho. ¿Pero será que sabemos expresar con gratitud lo mínimo que han hecho por nosotros?

Cobramos mucho de la sociedad, las deudas que el mundo tiene con nosotros, pero es importante reflexionar lo que yo y usted debemos a la humanidad.

En esta navidad, lleve su familia, amigos, vecinos, el transeúnte, a reflexionar sobre su caminar en esta tierra, y que debemos cada uno de nosotros al mundo para que este sea mejor. ¿Que espera Jesús de usted?

Apocalipsis 3:20

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Vamos, pongamos en práctica para que no solamente esta navidad sea distinta mas también el año que nos espera sea de mejor calidad.

¡Feliz Navidad!

APÓSTOL DAVID LLADO

jueves, 1 de diciembre de 2011

CUIDA LO QUE GUARDAS EN TU CORAZÓN - Proverbios 4:23

El corazón. Un órgano que determina vida o muerte. Algunos lo cuidan, otros no. Pero forma parte de la maravillosa arquitectura de Dios para asegurarnos la existencia. Pero el corazón suele jugarnos malas pasadas. Si nos dejamos arrastrar por las corazonadas, antes que por la guía del Señor, sin duda tomaremos decisiones desacertadas de las que luego nos arrepentiremos.

El corazón guarda el acumulo de sentimientos que nos llevan a actuar. "Es la mente", me dirá usted. Y estamos de acuerdo. Sin embargo, en la mente o en el corazón, como lo menciona la Biblia, almacenamos información que determina nuestras reacciones, y debemos cuidar qué tipo de cosas guardaremos en él.

La recomendación la hizo hace muchos siglos el rey Salomón cuando escribió: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida" (Proverbios 4:23)

Guardar rencores o recuerdos dolorosos, antes que ayudarnos al crecimiento, inclinan nuestra vida a un estancamiento o revés en nuestro proceso de maduración personal y espiritual. Por esa razón, cualquier sentimiento negativo que guardemos, es hora de que lo borre, no en sus fuerzas sino en las del Señor Jesucristo.

Recuerde que el amado Hijo de Dios es el único que puede sanar nuestras heridas y traer perdón a nuestro corazón. ¡Ánimo! Nunca es tarde para empezar.

La sanidad interior trae liberación a su vida. Le permite comenzar de nuevo. ¿Cómo hacerlo?

1.- Evalúe qué sentimientos que traen dolor, alberga en su corazón.

2.- Traiga a memoria quiénes le produjeron esas situaciones que le producen sufrimiento.

3.- En oración, entréguele al Señor Jesucristo sus sentimientos y pídale que le sane.

4.- Examine periódicamente su vida para evaluar qué guarda en su corazón, desechando todo aquello que le trae dolor. Con ayuda de Dios podrá lograrlo.

Isaias 43:18 "No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas."

¡Dios hace todas las cosas nuevas! ¡Hoy puede comenzar una nueva vida!

"Señor Jesucristo, haz de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén".


Ptra. Ronilda de Lladó

LOS PROPÓSITOS DE DIOS PARA LA IGLESIA - 1 Cor. 1:1-10

Ser llamado por Dios es mucho más que integrarse a una iglesia y tener ciertos cambios visibles.

¿Cuánto tiempo hace que Dios te llamó a una nueva vida (2 Cor 5.17)?

Muchos piensan que es mejor esperar antes de seguir avanzando en la vida cristiana; que habrá otros momentos para consagrarnos a Dios. Muchos se conforman con una vida que, ante la promesa de Dios de vida abundante (Jn 10.10b), es una vida sin sabor, muy lejos del propósito de Dios para la iglesia, y tú, yo, todos los que hemos respondido al llamado de Dios somos la iglesia.
Algunos piensan que es mejor ir a la iglesia, pero sin fanatizarnos, que no hay que tomar las cosas muy en serio, que la vida es una sola y hay que disfrutarla.
Pero la voluntad de Dios contiene importantes y tremendos propósitos que son necesarios conocer y apropiarnos de ellos, porque la vida abundante está estrechamente vinculada a los mismos.
Cuál es la voluntad de Dios para los que Él llama?

1.. Ser apóstoles, enviados. Así como Dios nos busca y llamó para andar en su gracia, amor y perdón, otros necesitan conocer el poder que está transformando y ha tocado nuestras vidas.
Cuando Dios te llama, te da una identidad nueva, un nuevo propósito y una nueva manera de hacer las cosas, porque los valores del Reino hacen nuevas personas...

2.. A ser santificados, personas perdonadas, que tienen, por el amor y la misericordia de Dios, una nueva oportunidad, que han recomenzado sus vidas porque Dios les llamó a recibir gracia de lo alto.

3.. A ser llamados a formar el pueblo santo - apartado, diferente, no del montón, sino herederos del obrar y las bendiciones de Dios. ÉL quiere mostrarse al mundo, pero busca personas a través de las cuales manifestar que Él es real, que hace tremendas cosas.

4.. Invocan el nombre de Dios... personas que hablan y conviven en comunión con el Señor, Él se revela a sus hijos, los cuida, aún bendice a otros a través de ellos (1Cor 7).

5.. El Señor, no solo es nuestro Padre, nos da una identidad y una familia, donde Él se manifiesta en medio de ellos, además nos toma como posesión suya, nos adopta como hijos, para amarnos y recrear en nosotros nuevas personas.

6.. Nos escoge para ser receptores de su gracia. La bondad de Dios en abundancia, llena nuestras vidas, pero desborda, se derrama, perfuma y atrae otras vidas v3.

7.. Esta gracia, es por medio de Jesús Cristo, si alguno de los presentes no conoce o quiere renovar los propósitos de Dios en su vida o familia, debe volverse a Dios, reconocer su necesidad, clamar -Jer 33.3 y creer que en Jesús Cristo Dios ha provisto todo lo necesario para que el Espíritu Santo comience una obra de transformación tremenda, única y bella.

Dios te permite comprender los tesoros de su Palabra, su vida pasa a tener un sentido diferente porque eres un instrumento en las manos de nuestro padre celestial.

El Señor está con nosotros, Él nos envía y va a nuestro lado.

Es tiempo de responder, Dios está llamando, cualquiera sea tu situación.

Ptra. Ronilda de Lladó