viernes, 18 de julio de 2008

La Pobreza

En un basurero del mercado, se hallaba buscando comida una pobre señora, para llevarle el alimento a sus hijos.

  • Y no se proveía del mercado o de la tienda, era del basurero dela calle.
  • La miseria ha llevado mucha gente a tomar decisiones drásticas en la vida. La escasez de principios está arrastrando a nuestra sociedad a la corrupción, la estafa, los asaltos y crímenes.

La pobreza de los valores sociales, se han invertido en la prostitución de niñas, adolescentes y jóvenes, que se ofrecen como mercancías baratas.

Acarreando vergüenza, humillación y tristeza en las familias.

Con consecuencias lamentables, con enfermedades venéreas como el sida, que esta matando a millones de persona en la tierra.

Cuanta basura hay en el lenguaje y en las actitudes de nuestros niños, jóvenes y adultos, por la mediocridad de la educación que recibieron.

El estiércol de la pornografía, la miseria espiritual y la pobreza de valores es el pan de todo los días.

Jesús nos dice: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Estos son los que ponen su confianza en Dios y no así en lo material.

Los pobres de espíritu son los que reconocen en la persona de Jesucristo toda la riqueza que necesita la humanidad.


Porque en Cristo Jesús todos nosotros seremos enriquecidos, con sus principios, valores, éticos, morales y espirituales.

Que el Dios todo poderoso los bendiga gracias.



Apóstol David Lladó

El Cimiento

El cimiento es la base principal para la edificación de una casa o edificio.



  • Grandes rascacielos se han levantado, mega construcciones se han edificado y permanecen hasta hoy, por que han sido asentados sobre sólidos cimientos.

Cuando se edifica sobre malos fundamentos, esta construcción no permanecerá por mucho tiempo y caerá por tierra.


El ser humano esta afanado en construir su futuro a cualquier precio, un buen trabajo, posición social, una preciosa casa y una familia bien numerosa.


Me pregunto, ¿sobre qué cimiento estamos construyendo el progreso de nuestros niños y jóvenes, que son el futuro del día de mañana?.


Cuando vemos la pornografía, la violencia, el abuso en el consumo del alcohol, las drogas que se campean por las plazas, mercados y colegios.


El ser permisivo con nuestros hijos hasta altas horas de la noche, sin saber lo que ellos están haciendo y con quienes andan.



¿Será este un buen cimiento, para nuestros hijos y la sociedad?.


Estimado amigo, el mejor cimiento es Cristo Jesús en la familia, donde el fundamento es el amor, la paz, y la fe.



Jesús es la roca, el cimiento, donde todos nosotros estaremos seguros.




Que el Dios todo poderoso los bendiga.




Apóstol David Lladó

La Herencia

La herencia son bienes de los padres acumulados por el trabajo y el esfuerzo, que han guardado a través del tiempo para sus hijos.

Familias se han desintegrado por una herencia, han quedado de enemigos entre hermanos por la avaricia, el engaño, la estafa, el egoísmo y la deslealtad.

Nosotros hemos recibido de nuestros gobernantes, una herencia de incapacidad, corrupción, inmoralidad, miseria económica, y el pago es tristeza, desesperanza, e incertidumbre nacional.


Y nosotros como padres, ­­¿que herencia dejaremos ha nuestros hijos?, me refiero a la transferencia de nuestra genética espiritual, de los principios y valores morales, éticos, espirituales, el respeto y la educación.

¿Estamos siendo un buen ejemplo para nuestros hijos?, ¿Cómo tratamos a nuestro cónyuge?, si siembras amor, cosecharas amor, si siembras vientos cosecharas tempestades, lo que tú siembres, esa será tu herencia.

La palabra de Dios, registra nuestra herencia en Cristo Jesús.

Somos hechos hijos de Dios, y coherederos en Cristo y nuestra herencia no es corruptible.


Jesús nos dijo: En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir, sino fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar.


Dios tiene una herencia perdurable para todos nosotros, es la salvación y vida eterna en Cristo.


Que el Dios todo poderoso los bendiga.



Apóstol David Lladó