martes, 14 de diciembre de 2010

DIOS NOS HACE PARA VIVIR UNA VIDA DIFERENTE


Pablo está seguro de que Dios escogió a los tesalonicenses (1 Ts. 1.4). ¿Cómo es posible estar tan confiado? Pablo mismo nos da las razones en este capítulo. La elección se reconoce por:


I. EL FRUTO QUE PRODUCE EN LOS QUE CREEN (2-4).


a) Una fe activa (3).


b) Un amor servicial (3).


c) Una esperanza fuerte y sufrida (3).


II. LA FORMA EN QUE LLEGA LA PALABRA DE DIOS (4-7).


a) Llegó con poder, que es resultado de:


1) La actividad del Espíritu Santo (5).


2) La convicción de los mensajeros (5). Para que el mensaje produzca convicción en otros, nosotros tenemos que estar seguros.


3) El comportamiento de los misioneros (5). El evangelio fue predicado por personas que reflejaban el carácter de Dios en sus vidas.


4) No sólo con palabras (5). No confundir oratoria con dirección del Espíritu y poder de Dios en la predicación.


b) Llegó con poder, y el resultado fue:


1) Los misioneros fueron modelo (6). Aprendieron a imitar al Señor por lo que observaron en la vida de los que predicaban.


2) Los tesalonicenses recibieron la Palabra en medio de gran tribulación (6). Decidirse por Cristo a veces significa separarse de personas amadas, graves malentendidos, y hasta amarga persecución.

3) Los tesalonicenses recibieron la Palabra con gozo del Espíritu Santo (6). Es una paradoja que uno experimente gozo en medio de sufrimiento, pero cuando uno se decide por el Señor, es inundado con gozo por obra del Espíritu Santo.


4) Los tesalonicenses sirvieron de modelo para los creyentes en Macedonia y Acaya (7). A veces la Escritura pone creyentes espirituales como ejemplos para otros. (1 Co. 4.16; 11-1: Fil. 3.7). Esta es la única vez donde una iglesia se menciona como ejemplo.


III. LA FAMA QUE GOZAN LOS CREYENTES CON LOS DE AFUERA (8-10).


a) Son conocidos como personas de fe (8).


b) Son conocidos como personas transformadas (9-10).


1) Transformadas al dejar ídolos (9).


2) Transformadas por seguir a Dios (9).


3) Transformadas para servir al verdadero Dios (9).


4) Transformadas para esperar al Hijo (10).


La verdadera transformación hará impacto en la vida de otros cuando éstos vean que se han dejado sus viejos costumbres para servir al verdadero Dios.

jueves, 9 de diciembre de 2010

CUESTIÓN DE ÓPTICA / JUECES 6.12


Cuando Jehová se le presentó a Gedeón, este estaba totalmente desanimado. Hacía tiempo ya que los madianitas le amargaban la vida al pueblo de Dios. Saqueaban permanentemente las tierras de los israelitas y se llevaban lo mejor de la cosecha. En ese mismo momento Gedeón estaba trabajando para esconder el trigo.



Note el marcado contraste entre el saludo del ángel de Jehová y la respuesta de Gedeón. El ángel se refiere a él como «varón esforzado y valiente». Pero el joven israelita no se sentía ¡ni valiente ni esforzado! Al contrario, solamente podía pensar en que su familia era pobre y que él era el último de la casa. Al igual que David, no sería la persona naturalmente escogida por la familia para cualquier proyecto importante. Estaba acostumbrado a que nadie le tomara en cuenta. Mirando, entonces, sus recursos, exclamó con toda naturalidad: ¿Y yo qué puedo hacer?


Para tener éxito en los proyectos que él nos propone, no es importante cómo nos vemos, ni cómo nos sentimos. ¡Lo importante es cómo nos ve Dios!


He aquí uno de los misterios de la obra de Dios. Para tener éxito en los proyectos que Dios nos propone, no es importante cómo nos vemos, ni cómo nos sentimos. ¡Lo importante es cómo nos ve Dios! Sara se veía como una vieja estéril, sin perspectivas ya de engendrar hijos. El Señor la veía como la madre de una multitud. Moisés se veía como un tartamudo, útil solamente para cuidar ovejas. El Señor lo veía como el hombre ideal para liberar al pueblo del yugo Egipcio. Pedro se veía como un torpe pescador de Galilea. Cristo lo veía como la roca, un lider con un rol clave en la formación de la nueva iglesia. Ananías veía en Saulo a un hombre dedicado a la persecución violenta de la iglesia. El Señor veía en este hombre a un instrumento escogido para llevar el evangelio a los gentiles.


¿Cómo se ve usted? ¿Se ve como un pobre desdichado que tiene pocas capacidades y aun más, con menos recursos? ¿Cree usted que Dios lo ve de la misma manera? ¿Cómo le saludaría el ángel de Jehová si se le apareciera hoy?


Tenga en cuenta que puede ser verdad que usted es pobre y tiene pocos recursos de los cuales echar mano. Gedeón era de veras miembro de una familia pobre. La dificultad no está en las condiciones que tenemos.


El problema está en creer que mis condiciones y circunstancias limitan la actividad y los proyectos de Dios. El Señor no ve nuestra realidad como impedimento para Sus planes, porque es Él el que hace la obra, no nosotros. El ángel le dijo a Gedeón: ve con esta tu fuerza. No le estaba pidiendo que busque más recursos, ni eche mano de tesoros que no poseía. Simplemente quería que pusiera su incapacidad en manos del Dios todopoderoso.


¡Un siervo en las manos de Dios, puede ser un arma poderosa por demás!


Ptra. Ronilda de Lladó

martes, 7 de diciembre de 2010


EN EL PRINCIPIO /Juan 1.1-14



La declaración del Apóstol Juan nos lleva al relato del libro de Génesis, cuyos orígenes también se encuentran más allá de la historia del planeta que habitamos. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra». Este «principio» se escapa a los argumentos que nosotros utilizamos para medir el paso del tiempo, pues está escondido en la misma eternidad.


Juan no desea entrar en el misterio de esta frase. Simplemente afirma que el Verbo existía desde siempre, porque el Verbo es Dios mismo. Su declaración nos ayuda a asumir, desde el mismo principio, la posición correcta en nuestra relación con el Señor. Él es el origen de todas las cosas, hasta de nuestra propia historia personal, siempre está tomando la iniciativa de buscar a su creación. El hombre es, la creación de Dios, un actor secundario en una historia que es mucho más grande y profunda que el relato de nuestro vivir de paso por este planeta.


La declaración de Juan también nos muestra el peregrinaje terrenal del Mesías haciendo misiones en este planeta. Su presencia en este escenario, aunque limitada a tan pequeño lapso de tiempo, en sus escasos treinta y tres años de vida, está incluida en un proyecto que nace en el corazón de Dios y que, por esta razón, necesariamente está contenida en la eternidad.



Que maravilla es el hecho de que se nos ha concedido el contacto con el Eterno. Podemos exclamar, junto a Moisés: «Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas?» (Deuteronomio 3.24).



Nuestra adoración a Dios debe ser una postura todos los días de nuestra vida. La adoración, será uno de los factores que más favorecerá nuestra entrada en las profundidades de la persona de Cristo. No nos aproximaremos a él como quienes lo buscan para analizarlo, explicarlo y desmenuzarlo. Más bien, nos acercaremos para simplemente saborear el irresistible encanto de su persona, de su gracia, de su amor, de sus misericordia…., para con la humanidad.


La iglesia de Jesucristo es el instrumento en las manos del creador para la salvación de miles y millones de personas que nunca han oído de la salvación en Cristo. Parece absurdo, en los días actuales con tanta tecnología esta verdad, pero solamente cuando decidimos ubicarnos en la voluntad de Dios, estamos listos para rescatar estas almas aun perdidas.



Señor, tú eres todo, tu mereces toda nuestra adoración, nuestras obediencia. Al acercarnos a tu persona no hacemos más que responder a tu iniciativa para rescatarnos. Estamos delante de Ti con el corazón abierto y nuestra voluntad dispuesta a dejar que Tú nos conduzcas a donde Tú quieras. Produce en nosotros las experiencias que Tú deseas. No queremos pedir que nos expliques lo que haces, sino que nos mantengas cerca de Ti, haciendo tu voluntad. Estar contigo, Señor, es todo el bien que necesitamos.



Ptra. Ronilda de Lladó